Anteayer oía unas declaraciones del alcalde socialista de Siero, en Asturias, que me dejaban perplejo. Ante la construcción en suelo público de tres rascacielos polémicos en Oviedo, el alcalde se preguntaba dónde están los obispos ahora. Dónde están que no se revelan para defender su patrimonio. Quizás desconozca el señor Corrales que el obispo no es el defensor del urbanismo asturiano, y que el obispo no es el dueño ni de la Catedral ni del suelo público donde se iban a construir dichos edificios -en el lugar donde estaba una estación de tren ya demolida-.
De verdad, en el PSOE han perdido el norte o es que hay gente que hace declaraciones después del vermú.
La táctica de rajar de la iglesia para acaparar titulares es lamentable.
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