martes, 18 de marzo de 2008

Olvidos interesados...

Hace semanas que el mundo se estremecía ante la barbarie que el régimen militar de Birmania ejecutaba contra la población civil, y en especial contra las comunidades religiosas de aquel país. ¿Alguien se acuerda de aquello? ¿Habéis visto a alguien alzar la voz o pedir responsabilidades por aquella tragedia?



Las FARC ya no son noticia. Debe ser que los centenares de secuestrados ya no importan a la opinión pública mundial, o que Ingrid Betancour -la secuestrada más famosa, pero no la única- ya no tiene riesgo para su vida. O será que como las cosas entre Uribe y Chávez ahora van bien, ya no se puede hablar de ello.



¿Y alguien ha oído hablar de Darfur? Siguen muriendo a millares, siguen huyendo cientos de miles de personas de la región sudanesa y chadiana, pero... ¿a alguien le importa?.




La capacidad de movilización de la gente va intrínsecamente unida a la ideología política del hecho que provoque esa movilización. Contra el tirano Pinochet éramos capaces de salir a la calle todo hijo de vecino a pedir su captura. Pero contra China y el aplastamiento de la revuelta tibetana... ¿alguien levanta la voz?



No sólo con la violencia las movilizaciones se mueven por ideologías políticas. Cuando el Partido Popular gobernaba, existía en TVE un programa de televisión lamentable los viernes por la tarde, dirigido por José Luis Moreno. Provocaba grandes críticas de toda la sociedad. Una de las primeras medidas que tomó Zapatero al llegar al poder -un gran acierto- fue suprimir aquel bodrio, aunque más tarde el sustituto alcanzaba casi la misma zafiedad. Sin embargo, hoy día en Telecinco echan Sin tetas no hay paraiso y nadie protesta. En TVE Las tontas no van al cielo. Ya os decía en otra entrada que quizás el feminismo español haya muerto. Las fotos de Vogue de las ministras luciendo pieles no causaron mayor revuelo entre ese movimiento, que alzó la voz cuando Isabel Tocino salió vestida de pastorcilla o de motera siendo ministra de Medio Ambiente.




España sigue pasándose por el forro el protocolo de Kioto, pero las organizaciones ecologistas ya no dicen nada. Se desperdician millones de litros de agua al día en Barcelona a causa de las deficiencias de las infraestructuras y la canalización, pero tienen que trasvasar agua desde Almería o Francia porque no tienen ni para beber. ¿Alguien ha dicho algo? ¿Os imagináis que eso ocurriera en Madrid? ¿Ya no están esquilmados los caladeros de pesca españoles? ¿O es que la naturaleza, los animales y el medio ambiente en general solo preocupa cuando quienes gobiernan son otros?.





El otro día os comenté que la intolerancia es horrible sea del color que sea. Desgraciadamente, el sectarismo de una inmesa mayoría de la población española hace que los problemas sólo sean importantes cuando el que gobierna es de distinto color político del que nosotros queremos.




Los medios de comunicación, controlados como veíamos por el poder, tienen gran culpa de todo. Las crisis humanitarias ocupan una mínima parte de su tiempo, que otros temas como el vestido de novia de Belén Esteban o el candidato español al tongoconcurso de Eurovisión sí gozan de titulares de prensa. El ecologismo o el feminismo sólo se mueven si el color político de quien gobierna es uno determinado.





Lamentable, los políticos están ganando la batalla a los ciudadanos: ya sólo vemos los problemas que nos interesan para criticar al color político contrario. Los demás problemas no existen.

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